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domingo, 8 de febrero de 2009

Patagonia Expedition Race 2009



Considerada la prueba de rendimiento físico más exigente del mundo, el “Patagonia Expedition Race” se inició como proyecto el año 2002 materializándose su primera versión en el 2004. A cargo del geólogo magallánico Stjepan Pavicic, cuenta con un equipo organizador de 50 personas, quienes año tras año son los encargados de buscar nuevas rutas en la región de Magallanes, para ser recorridas por sus competidores con las dificultades que implica enfrentarse al clima patagónico y lo inhóspito de su paisaje.



Son 600 kilómetros los que deberán recorrer estos deportistas, en los cuales tendrán 5 puntos de cambio de disciplina y contarán en todo momento con el apoyo de dos unidades de la Tercera Zona Naval, la lancha PM de Puerto de Natales y la patrullera “Ona” de Punta Arenas, además de una Capitanía de Puerto Móvil.
Esta competencia extrema incluye las disciplinas de trekking, bicicleta de montaña, kayak de travesía, cuerdas y un hábil trabajo de orientación. Los equipos deben estar integrados por cuatro personas, incluyendo como mínimo a una mujer.

5 comentarios:

Silvia MV. dijo...

Si yo supiera me apuntaba

Lucas dijo...

a mi primero me gustaria navegar por noruega. La patagonia tampoco esta nada mal.

Silvia MV. dijo...

Navegar por los fiordos tiene que ser bestial de necesidad.

mira que preciosidad Rafa no me digas que no dán ganas de soñar.

Rafa dijo...

Es curioso, el sueño viene sin invitacion, es demostrable. Lo real, lo tangible, es lo que merece la pena respirar. Navegar pegado a la costa,escuchar el eco de tus movimientos y mirar al confin de las olas, hace que merezca la pena cualquier esfuerzo. El resto...se puede escribir en un libro.

Silvia MV. dijo...

Rafa, todo un poeta, se nota que te gustan las letras más que los números.

Hablas así, porque eres de costa, y lo llevas contigo, las sensaciones de brisa, los movimientos de las olas, el horizonte azul en dos tonos mar y cielo...

Yo podría hablar de sonido de pámpanas de vides, de brisa castellana, de perdices y liebrecillas que saltan con alegría, de llanuras donde vés desde un mismo punto la torre de cada pueblo con una simple vuelta de cabeza (Tenéis que conocer tu esposa y tú nuestro paraje si Dios quiere)

Te tengo que contar una anécdota de Juan y mía, recorriendo parte de la costa española y francesa, al hilo de lo que me has contado.

Se levantó una galerna!!

;)