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lunes, 6 de junio de 2011

Plano Esferico


Entre Aristoteles, Galileo y Copernico, la idea de que la tierra pudiera pasar de ser un lugar plano a una esfera imperfecta, la tinta y la filosofia atemporal fueron derrochados por doquier, con el unico fin de demostrar lo que a simple vista cuesta creer.
Es tan sencillo como elevar el punto de referencia al horizonte tanto como se pueda, con el fin de que la perspectiva de la distancia nos de esa pequeña curvatura en la linea del mar que haga que realmente creamos que la esfera existe, aunque esta sea muy grande.
Dicho y hecho. Hace unos meses me subí a un monte cercano al mar, un dia claro como pocos, y efectivamente a mas de 400 metros sobre el nivel del mar la perspectiva cambia y mucho. Todo lo que acostumbras a ver desde la playa, de repente, se acerca tanto que desaparece de la linea del horizonte y aparece rodeado de agua, y con esa linea mucho mas alejada. Esa perspectiva cenital hace que acerques lo lejano y puedas descubrir esa esfera maravillosa en la que se ha convertido aquella linea infinita.
Probablemente, en la Grecia de Aristoteles, ya se tenia en cuenta esa curvatura, aunque los dioses dijeran lo contrario. Menos mal que Pitagoras, unos siglos antes, ya habia decidido aplicar esa vision esferica de las cosas y regalarnos ese magnifico teorema del "pi" que aun permanece incorrupto.



Este Domingo, cargado de teoremas, fui en busca de la delgada linea que une al cielo con el mar, ese plano que solo se rompe cuando divisas tierra y que a pesar de su geometria, en el caso del remo, siempre es plano.
El mar como una balsa de aceite hasta las once:42, siempre igual, rumbo a la torre Castor desde la Playa del Gurugu, eso es E puro. Hay que preparar el cuerpo para la proxima travesia del Canal de Ibiza y eso era el mejor motivo para llevarme a Pitagoras a remar por el Mediterraneo.
La distancia visual engaña siempre en el mar, tanto en superficie como en inmersion, y la proximidad o lejania de las cosas son siempre unos datos que no caben en la calculadora.
La media de palada estuvo en 6 km/h y la distancia al punto de retorno fue de 10 km ( 20 km en total), sin viento, sin olas, sin crestas. Una vez alli en medio te das cuenta de que el campo visual de las cosas mejora, y la vista es mas traicionera con las distancias. Para los que conozcan la zona, al Sur se podia ver hasta la torre de Oropesa y al Norte, hasta Vandellós. Esos 180 grados de campo visual hacen que a pesar de las distancias, todo parezca mas cercano, aunque engañosamente cercano. Por otro lado, en los 180 grados restantes, la torre Castor, parecia inalcanzable.
La vuelta , evidentemente, fue a W puro, con lo que la llegada al punto de partida era segura, ya que no habia deriva por viento o corriente. 20 km de paleo plano y sin encontrar ese descenso de la esfera que hubiera hecho el viaje mas llevadero. Por cierto, a Pitagoras lo perdi por el camino.
Las fotos aqui.

2 comentarios:

carlos qajaq dijo...

la mar estaba plato, plato.... jo vaig fer en el meu fill, Torrelasal Alcossebre el diumenge

Rafa dijo...

La veritat que aprofitar estos dies per fer algo de fondo s´agraeix. Pareix quie ja el tens enganxat al teu fill. Salut Carlos.