Habiamos dormido dos noches en el gimnasio del CNSA, nada de ejercicio, un verdadero aserradero. En principio y siguiendo la hoja de ruta marcada para este bolo, solo una noche antes de partir debiamos pasar en seco, despues todo sobre el mar...
A las 22:00 horas la noche cae irremediablemente sobre el Mediterraneo, y todo se recompone desde cero. El primer relevo es para Susana en solitario, cosas de los numeros impares.
Seguimos de cerca los primeros instantes de posicionamiento y comprobamos que la iluminacion de los nadadores, gorro blanco con barrita quimica es correcta. Nosotros vamos con frontal de leds, destellos traseros tambien de led y la fantastica baliza sumergible de xenon "hombre al agua" enganchada al chaleco y funcionando constantemente, un artilugio que nos hace visibles a una legua de distancia.
Los nadadores van detras del velero guia siguiendo un punto luminoso colocado en popa, punto al que tambien nosotros seguimos, ya que en el fondo es quien lleva el plotter y marca el rumbo correcto. Aprovechamos para comer algo y tentar a las estrellas. La luna tambien esta invitada a este reto y aparece mordida en el cielo, curiosamente enfilada a nuestro rumbo, una gran compañia en este escenario tan oscuro.
Las primeras dos horas pasan rapido, es la hora "zulú" y toca relevos. Empieza el baile en la cubierta del Syrke. No es imaginable una operacion de poner a los kayaks en el agua, de noche, y embarcar en ellos teniendolas todas contigo. La operacion se realiza a maquina parada, en deriva y con las olas poniendote de traves. El barco sube y baja y la nocion de distancia al agua se pierde, con lo que unido a la oscuridad, la aventura es "chunga".
El primer relevo se realiza con exito, Susana vuelve y los dos siguientes toman la posicion en carril a nadador. Hay tres horas por delante.
La costa permanece oscura, indicador de que la zona no esta habitada, y la sensacion de inmensidad es infinita. La via lactea nos regala un espectacular cielo estrellado que es imposible no mirar, nunca recuerdo haber visto el cielo tan "limpio".
Los relevos se suceden cada 40 minutos y el cansancio es mas que evidente. Si el mar cansa, de noche esta percepcion se triplica. Mientras, la noche marcada en el horizonte por el anaranjado de la luna, nos muestra una espectacular puesta de nuestro asteroide con eclipse incluido sumergiendose en el mar y dejandonos definitivamente en la oscuridad mas absoluta.
El tramo desde Benidorm hasta La Vila fue largo, pero agradecido y silencioso. Una hora y media de negro antes de empezar con el ultimo relevo de la noche. A las tres de la madrugada empezaba el operativo de puesta en el agua y relevos uno a uno. La operacion fue un exito y el sueño se apoderó del barco. Hasta casi las seis quedaban dos horas contando borreguitos y la horizontalidad mandaba.
El unico incidente destacable ocurrió en esta franja horaria, cuando un nadador dejo de hacerlo y se dejó llevar por la corriente en plena noche. Esperando que alguien lo viera, tuvimos que bajar rapidamente y lanzarle un corcho salvavidas, para luego subir a reclamar una lancha rapida con el walki. Su gorro y su baliza quimica marcaron su posicion para su rescate.
El mar nos respetó en todo el recorrido, regalandonos un suave balanceo a medida que el dia queria empezar a lucir de nuevo. Sencillamente espectacular.
El sol siempre sale por el Este. Cierto.
A las 22:00 horas la noche cae irremediablemente sobre el Mediterraneo, y todo se recompone desde cero. El primer relevo es para Susana en solitario, cosas de los numeros impares.
Seguimos de cerca los primeros instantes de posicionamiento y comprobamos que la iluminacion de los nadadores, gorro blanco con barrita quimica es correcta. Nosotros vamos con frontal de leds, destellos traseros tambien de led y la fantastica baliza sumergible de xenon "hombre al agua" enganchada al chaleco y funcionando constantemente, un artilugio que nos hace visibles a una legua de distancia.
Los nadadores van detras del velero guia siguiendo un punto luminoso colocado en popa, punto al que tambien nosotros seguimos, ya que en el fondo es quien lleva el plotter y marca el rumbo correcto. Aprovechamos para comer algo y tentar a las estrellas. La luna tambien esta invitada a este reto y aparece mordida en el cielo, curiosamente enfilada a nuestro rumbo, una gran compañia en este escenario tan oscuro.
Las primeras dos horas pasan rapido, es la hora "zulú" y toca relevos. Empieza el baile en la cubierta del Syrke. No es imaginable una operacion de poner a los kayaks en el agua, de noche, y embarcar en ellos teniendolas todas contigo. La operacion se realiza a maquina parada, en deriva y con las olas poniendote de traves. El barco sube y baja y la nocion de distancia al agua se pierde, con lo que unido a la oscuridad, la aventura es "chunga".
El primer relevo se realiza con exito, Susana vuelve y los dos siguientes toman la posicion en carril a nadador. Hay tres horas por delante.
La costa permanece oscura, indicador de que la zona no esta habitada, y la sensacion de inmensidad es infinita. La via lactea nos regala un espectacular cielo estrellado que es imposible no mirar, nunca recuerdo haber visto el cielo tan "limpio".
Los relevos se suceden cada 40 minutos y el cansancio es mas que evidente. Si el mar cansa, de noche esta percepcion se triplica. Mientras, la noche marcada en el horizonte por el anaranjado de la luna, nos muestra una espectacular puesta de nuestro asteroide con eclipse incluido sumergiendose en el mar y dejandonos definitivamente en la oscuridad mas absoluta.
El tramo desde Benidorm hasta La Vila fue largo, pero agradecido y silencioso. Una hora y media de negro antes de empezar con el ultimo relevo de la noche. A las tres de la madrugada empezaba el operativo de puesta en el agua y relevos uno a uno. La operacion fue un exito y el sueño se apoderó del barco. Hasta casi las seis quedaban dos horas contando borreguitos y la horizontalidad mandaba.
El unico incidente destacable ocurrió en esta franja horaria, cuando un nadador dejo de hacerlo y se dejó llevar por la corriente en plena noche. Esperando que alguien lo viera, tuvimos que bajar rapidamente y lanzarle un corcho salvavidas, para luego subir a reclamar una lancha rapida con el walki. Su gorro y su baliza quimica marcaron su posicion para su rescate.
El mar nos respetó en todo el recorrido, regalandonos un suave balanceo a medida que el dia queria empezar a lucir de nuevo. Sencillamente espectacular.
El sol siempre sale por el Este. Cierto.
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