El dia mas largo.
Las 5:00 am, suena el mobil-despertador y todo aparece oscuro, una premonicion. Salimos al exterior para ver la situacion, ya hay un monton de gente por el CNSA arriba y abajo, nadadores, patrones, prensa, organizacion,..esto marcha. Recogemos material, preparamos los kayaks y a la rampa, parece que al final asomaremos la proa por Sa Conillera y contrastaremos la informacion web con la realidad in situ.
La decision estaba tomada, a las 6:00 am, a nadar y a remar, hasta la salida de la bahia a ver que aspecto nos regalaba el dia. Susana y Yo empezamos el reto desde el pantalan D para dar la salida "oficial" a esta aventura, nadaba Victor, Serrana y David Meca. Les hicimos los honores y les marcamos el carril de nado hasta el primer relevo. El refugio natural de San Antoni nos ofrece un paleo seguro y curiosamente silencioso, solo roto por los gritos de animo de los nadadores a bordo de las embarcaciones. La prensa, por fin se va a dormir, ya no hay focos ni flashes, y la retina se va adaptando a la salida del sol por el horizonte, tras la isla.
Los relevos se hacen cortos y alguna medusa empieza ha hacer estragos, debian ser muy pequeñas, nunca las vimos, aunque si las señales que dejaron en los nadadores.
Nunca llegamos a Sa Conillera, las embarcaciones precedentes se habian asomado y habian confirmado lo peor, viento de S fuerza 5 a 6 y levantando olas, mal asunto para navegar, remar y nadar, y lo peor, iba arreciando durante el dia y la noche siguiente. Nos volvimos remando mientras recogian a los nadadores. Se intentaria por la tarde.
Una vez en puerto se reorganizo todo de nuevo, teniamos base operativa para todo el grupo, el Syrke, una motora de 15 metros de eslora, Toño a la caña y una tripulacion estupenda. Marina, la nadadora mas joven del reto ( 13 años ) nos acompañaba con su padre , David, nadador, y Ximo, el remero nº 6 que estuvo ayudandonos en cada momento de necesidad y que fue el corazon del barco.
A las 14:00 horas la organizacion decide arranchar e intentar el cruce del canal en las condiciones de meteo existentes, la presion de todo evento lleva a intentar a veces lo imposible. Nuestro patron, ya curtido en estos menesteres, decide que nos vayamos a Cala Bassa a pasar el dia, si los nadadores lo consiguen tenemos la ventaja de alcanzarles en cualquier punto del canal y sumarnos a la gesta. En todo momento estuvimos a la escucha de la banda marina para saber como iba el intento, sabiamos que el mar no iba a poner las cosas faciles a nadie, y asi fue. Se realizaron varios relevos de nadadores hasta unas 5 millas nauticas de Sa Conillera y la altura de Es Vedrá tuvieron que recoger trastos y dar por concluido el intento. Embarcaron a todos y pusieron rumbo a Calpe, la noche, el viento y las olas hicieron mella en el grupo.
Nosotros, aunque parezca utopico, fondeamos en Cala Bassa a comer y pasar el dia, los kayaks en seco y con muchas dudas sobre que pasaria al dia siguiente. Natacion, buceo, dar de comer a los peces y las gaviotas, y sobre todo, convivir a bordo, fueron nuestra unica operacion en la isla.
El S no paro de soplar fuerte y la posibilidad de salir por la noche a cruzar el canal se desvaneció con la cena, la prevision para la mañana era mucho mejor y nuestra ventana era de solo cuatro horas. Hicimos una visita de cortesia a la terraza del CNSA, donde analizamos la estrategia a seguir consultando los datos de olas y viento. El gimnasio nos recogió por segunda noche consecutiva, a las 5:00 todos arriba, a las 6:00 salimos.
Las 5:00 am, suena el mobil-despertador y todo aparece oscuro, una premonicion. Salimos al exterior para ver la situacion, ya hay un monton de gente por el CNSA arriba y abajo, nadadores, patrones, prensa, organizacion,..esto marcha. Recogemos material, preparamos los kayaks y a la rampa, parece que al final asomaremos la proa por Sa Conillera y contrastaremos la informacion web con la realidad in situ.
La decision estaba tomada, a las 6:00 am, a nadar y a remar, hasta la salida de la bahia a ver que aspecto nos regalaba el dia. Susana y Yo empezamos el reto desde el pantalan D para dar la salida "oficial" a esta aventura, nadaba Victor, Serrana y David Meca. Les hicimos los honores y les marcamos el carril de nado hasta el primer relevo. El refugio natural de San Antoni nos ofrece un paleo seguro y curiosamente silencioso, solo roto por los gritos de animo de los nadadores a bordo de las embarcaciones. La prensa, por fin se va a dormir, ya no hay focos ni flashes, y la retina se va adaptando a la salida del sol por el horizonte, tras la isla.
Los relevos se hacen cortos y alguna medusa empieza ha hacer estragos, debian ser muy pequeñas, nunca las vimos, aunque si las señales que dejaron en los nadadores.
Nunca llegamos a Sa Conillera, las embarcaciones precedentes se habian asomado y habian confirmado lo peor, viento de S fuerza 5 a 6 y levantando olas, mal asunto para navegar, remar y nadar, y lo peor, iba arreciando durante el dia y la noche siguiente. Nos volvimos remando mientras recogian a los nadadores. Se intentaria por la tarde.
Una vez en puerto se reorganizo todo de nuevo, teniamos base operativa para todo el grupo, el Syrke, una motora de 15 metros de eslora, Toño a la caña y una tripulacion estupenda. Marina, la nadadora mas joven del reto ( 13 años ) nos acompañaba con su padre , David, nadador, y Ximo, el remero nº 6 que estuvo ayudandonos en cada momento de necesidad y que fue el corazon del barco.
A las 14:00 horas la organizacion decide arranchar e intentar el cruce del canal en las condiciones de meteo existentes, la presion de todo evento lleva a intentar a veces lo imposible. Nuestro patron, ya curtido en estos menesteres, decide que nos vayamos a Cala Bassa a pasar el dia, si los nadadores lo consiguen tenemos la ventaja de alcanzarles en cualquier punto del canal y sumarnos a la gesta. En todo momento estuvimos a la escucha de la banda marina para saber como iba el intento, sabiamos que el mar no iba a poner las cosas faciles a nadie, y asi fue. Se realizaron varios relevos de nadadores hasta unas 5 millas nauticas de Sa Conillera y la altura de Es Vedrá tuvieron que recoger trastos y dar por concluido el intento. Embarcaron a todos y pusieron rumbo a Calpe, la noche, el viento y las olas hicieron mella en el grupo.
Nosotros, aunque parezca utopico, fondeamos en Cala Bassa a comer y pasar el dia, los kayaks en seco y con muchas dudas sobre que pasaria al dia siguiente. Natacion, buceo, dar de comer a los peces y las gaviotas, y sobre todo, convivir a bordo, fueron nuestra unica operacion en la isla.
El S no paro de soplar fuerte y la posibilidad de salir por la noche a cruzar el canal se desvaneció con la cena, la prevision para la mañana era mucho mejor y nuestra ventana era de solo cuatro horas. Hicimos una visita de cortesia a la terraza del CNSA, donde analizamos la estrategia a seguir consultando los datos de olas y viento. El gimnasio nos recogió por segunda noche consecutiva, a las 5:00 todos arriba, a las 6:00 salimos.
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